El nombre se debe a una metáfora elaborada por Gerald Weinberg, conocido ingeniero que fue prolífico en términos de producción literaria.
Escribir es análogo a construir muros de piedra. Debe recorrer distintos campos y recoger todas aquellas piedras que le resulten interesantes. No siempre serán para el muro que este construyendo, pero debe recogerlas igual pues puede servir para el muro de al lado, para el próximo o para el que nunca se construirá.
Las piedras aquí son las ideas que pueden tomar cualquier forma. Pedazos de textos, fotos, diagramas, citas, chistes, historias, etc. Los campos son cualquier fuente de información y el acto de recogerlas no es otra cosa queregistrarlas.
Ahora bien, los campos donde se recogen las piedras son también de distinto tipo, como se ha dicho. Las piedras recicladas de campos de literatura, campos ajenos donde se toman prestadas algunas piedras, o los extensos campos de memoria y la experiencia.
Una de las preguntas frecuentes a un escritor es cuánto tiempo le llevo escribir un determinado libro. Nunca se sabe si la pregunta se refiere a escribir todas las palabras que hay en él, o todo el proceso de haber recolectado y escogido con cuidado todas las ideas. Es una pregunta imposible de responder.
Lo divertido de juntar las piedras es que cada persona tiene una respuesta emocional distinta. Ante la misma idea, algunos la dejan pasar, otros la recogen como una gema porque han visto en ella algo de muchísimo valor.
Aquí la sugerencia para ejercitar es, copiar de otros. Tomando un texto y copiando, nos podemos dar cuenta de nuestras propias reacciones y aprender de ello al extrapolarlo a la reacción de los lectores; se aprende copiando. Dejemos de lado que usted está copiando para transformarlo o para referenciarlo como corresponda.
Como es lógico, la forma de recolectar lo transforma a usted en un observador o en un lector activo.
Escriba sobre aquello que a usted le importe. Si le importa, entonces querrá saber más sobre el tópico en cuestión. Empleamos la metáfora de Weinberg para cometer una repetición premedidata sobre asuntos importantes.
Conviene saber que a Weinberg le funcionó, porque escribió más de 40 libros y 400 artículos.