El inglés Stuart Pugh (1929-1993) tuvo el buen gusto de crear una matriz para ayudarnos a tomar decisiones de forma práctica. Como buen ingeniero mecánico, la matriz es en extremo sencilla de usar, desde su concepción hasta nuestros días.
Se describe la idea como sigue:
Suponga que usted debe dirimir cuál es la mejor opción para, por ejemplo; seleccionar un proveedor, para escoger entre un conjunto de candidatos, para evaluar opciones tecnológicas y así. Conviene, ante todo, tener claro los criterios y su importancia (o peso). Es posible que usted no sea el único involucrado en la toma de decisiones, de modo que, hacer explícitos y transparentes los criterios de selección deriva habitualmente en conversaciones relevantes.
Algunos ejemplos de criterios pueden ser:
En resumen, sólo tenemos que hacer tres cosas:
Para muestra, basta un botón. Dando por entendido lo anterior, ilustramos la idea con un ejemplo concreto.
Usted enfrenta un problema en el cual debe dirimir entre varias opciones (o alternativas de solución). Tiene claro los factores (o criterios) para ayudar a la toma de decisiones.
Las filas pueden ser las alternativas de solución y cuyas columnas sean los criterios. Pondere cada alternativa multiplicadora por el peso del criterio.
El ejemplo anterior es, desde luego, trivial. Basta con colocar más soluciones y elaborar criterios complejos para que la conversación se vuelva más interesante. La asignación de los puntos, de forma colaborativa, también exige cierto rigor en la discusión, puesto que usted está elaborando la lógica mediante la cual las opciones se ajustan a los criterios. Es recomendable tomar nota de lo anterior para justificar cada asignación numérica.
El resultado final es solamente un indicador, en algunos casos puede arrojar resultados contundentes, en otros mostrar que tan cerca está una opción de otra. Como sea, el número es una guía.