Construir un producto digital, sea cual sea el marco, contexto o necesidad, no es una tarea sencilla. Desde un primer momento, comprender la visión que quiere llevar a cabo el dueño del producto e identificar las correlaciones con las necesidades de las audiencias puede ser una tarea extremadamente compleja. Si a eso le sumamos tener que definir el entramado tecnológico más apropiado para garantizar una óptima performance, el desafío se multiplica. Por eso, queda en nosotros, diseñadores y desarrolladores, encontrar un proceso que sea tanto flexible como riguroso (por más contradictorio que pueda parecer) de forma tal que garantice que lo que se haya diseñado se ejecute durante el desarrollo con el mayor nivel de fidelidad y exactitud posible, manteniendo y explotando al máximo los insights y los beneficios para los usuarios. Nuestro trabajo es justamente eso, encontrar el punto exacto para que la tecnología satisfaga la necesidad del usuario de la mejor manera posible.
Para eso, aparece un concepto clave que nos acompaña en cada trabajo, y es el de QA, o Quality Assurance, rol central que se encarga de garantizar la calidad de lo desarrollado.
UX Debt, una problemática entre sombras
Dentro de las muchas virtudes del diseño y desarrollo a través de la implementación de metodologías ágiles, sobresale la priorización y velocidad en el lanzamiento de nuevos productos al mercado a través de la postergación de features o funcionalidades que, aunque beneficiosas para el producto, terminan siendo un nice-to-have que no limitan ni reducen la posibilidad de éxito, por lo que significan una inversión que nos hace perder valioso tiempo. En teoría, hermoso. En realidad, complejo. ¿Quién y cómo define qué es un nice-to-have? Teoría sobre eso hay a montones, el problema aparece cuando, en la vorágine por salir a producción, se postergan inconsistencias entre lo desarrollado y lo diseñado, que en algunos casos puede afectar a la tan valiosa primera impresión del usuario. Ahí, es cuando aparece la terrorífica UX Debt, el cual implica básicamente que los costos relacionados a salir al mercado con una versión incompleta. Desde el lado de la experiencia del usuario conlleva una larga ida y vuelta para solucionarlo con costos más altos que los que se hubiese tenido si se hubiese priorizado y solucionado en una primera instancia.
Por qué ocurre esto? Por muchas razones, como ser saltearse pruebas de usuario, obviar estilos de marca y lineamientos estéticos, mala alineación con los objetivos de negocio, y un insuficiente testeo.
QA vs QC. Dónde entramos nosotros?
Antes de que la gente de QA nos aniquile, no se preocupen, no estamos haciendo una lectura superficial. Entendemos la diferencia entre QA y QC, y lo importante que resulta, por un lado, definir las técnicas y actividades necesarias para cumplir con los estándares de calidad, y por el otro, la implementación de las actividades sistemáticas que se implementarán para asegurar la calidad. Reducir la UX Debt necesita de ambos frentes. De QA y de QC, de proceso y producto, de proactividad y reactividad, de prevención e identificación. El problema es que, en muchas oportunidades, esta sistematización de procesos e implementaciones no incluye la contemplación de accesibilidad, usabilidad, funcionalidad, y performance.
Ahora, ¿quién se debería encargar de que lo desarrollado coincida con lo diseñado? ¿Quién debería velar por el cumplimiento de todo detalle visual e interactivo alineado tanto con las necesidades estratégicas del negocio/producto como por la visión del diseñador? ¿Existe un rol de Design QA?
Design QA – Workflow tradicional
En nuestra experiencia trabajando con diferentes clientes y proyectos, hemos encontrado infinidad de maneras de implementación de un proceso de verificación de cumplimiento estético de lo desarrollado. Tanto a nivel de herramienta de comunicación como de metodología de integración, lo único que ha caracterizado a todos las situaciones es la falta de concordancia o coherencia transversal. Podemos por ejemplo enumerar los siguientes ejemplos:
¿Por qué ocurre eso? ¿Por qué una tarea que todos podemos coincidir que debería ser clave en el proceso de trabajo no se encuentra formalizada? Las razones pueden ser varias, desde la falta de especificaciones claras y en detalle sobre cómo debería implementarse el diseño (un handoff “in extremis”), poca minuciosidad en el proceso de QA implementado a nivel visual, ausencia de involucramiento del equipo de diseño en la verificación de calidad, y muchas más, pero en resumen, uno podría pensar que los puntos de contacto entre perfiles y especialidades diferentes siempre son conflictivos. A fin y al cabo, a nadie le gusta decir quién debería hacer algo, y quién no.
Pero ese no debería ser el objetivo necesariamente. El objetivo es crear un proceso colaborativo que permita mantener los mejores intereses de negocio y complementar el trabajo de desarrollo. Para eso estamos.
Necesitamos un Design QA?
La respuesta es no. No necesitamos el rol de una persona que sea Design QA, porque ya existe ese rol y es responsabilidad de todo el equipo. Contemplamos y apuntamos a un design control como parte del proceso de QA. Nuestro trabajo como diseñadores, en este caso, es complementarnos al trabajo de ellos y potenciarlo. Sistematizarlo y estandarizarlo para que sea replicable en diferentes contextos, y asegure una buena conexión entre los actores.
Creemos que corresponde a todo el equipo asegurarse de traer un producto con la calidad que se requiere. Para esto se necesitan instancias de demos que detallaremos más adelante, donde todo el equipo participa activamente en revisiones del producto. Cuando el trabajo es colaborativo, la calidad no depende de una persona o un sector, sino del equipo.
La colocación de un rol específico dentro del equipo de diseño a ejecutar acciones de QA conllevaría la superposición de tareas, además de que quitaría el foco del diseñador en otras tareas donde su valor agregado es mayor.
Una propuesta
Los diseñadores necesitan estar más involucrados en el proceso de desarrollo, con un proceso claro y estandarizado que ayude al equipo a reducir la brecha entre el diseño y la aplicación en desarrollo:
La importancia del trabajo en equipo es clave para evitar que lo diseñado difiera de aquello desarrollado. Si esto ocurre, es de suma importancia el trabajo en equipo para la resolución de esta inconsistencia lo más pronto posible. Los UX son parte del proceso de desarrollo desde el principio, por ende también son responsables desde el comienzo de involucrar al resto del equipo en procesos de diseño, siendo este aporte constante la clave hacia el producto final deseado.
Artículo escrito en conjunto con Rodrigo García